El domingo 1 de julio de 2018 se llevarán a cabo elecciones en nuestro país para definir a las personas que ocuparán los cargos a la presidencia de la República, senadores, diputados federales y varias gubernaturas, alcaldías y diputaciones locales. Lo que sucederá el próximo año no es cosa menor, ya que se orquestará un nuevo contexto político nacional que guiará el rumbo del país por lo menos durante 3 y 6 años.
Este proceso electoral está inmerso en un contexto complejo. La crisis de legitimidad del gobierno actual, la creación de alianzas electorales, el liderazgo de un líder populista y el registro de candidatos independientes (por primera vez para cargos a la presidencia) son factores a considerar en este proceso.
Además, hay factores sociales que también influirán en el próximo proceso electoral, entre los cuales se encuentra el hastío social hacia la clase política, el abstencionismo en los últimos procesos electorales y la importancia que han tomado los medios digitales.
Por si fuera poco, un nuevo grupo social ha cobrado mayor importancia en los últimos años, los millennials. Una generación nacida entre finales de los años 80’s y principios del milenio, la cual se caracteriza principalmente por su necesidad de estar conectados al Internet, poca estabilidad profesional y con dificultades para hacer un plan de vida. Sin embargo son innovadores, con ambiciones de crecer y de encontrar una causa social, pueden volcarse por ella, como lo vimos en los sismos del pasado septiembre.
Este grupo generacional es el más grande de nuestro país y, si salen a votar, definirán los resultados de las próximas elecciones.
En este contexto complejo, se llevarán a cabo los procesos electorales. Y si no fuera suficiente, un gran porcentaje de políticos sigue reproduciendo vicios y errores de una política que ya no es funcional en esta sociedad posmoderna. La falta de claridad de objetivos, discursos acartonados, formación de alianzas de corto plazo y comunicación carente de estrategia son claros ejemplos de esto.
Los candidatos a cargos públicos requieren contar con las habilidades necesarias para poder ser eficaces en las campañas electorales. Requieren construir causas político-electorales atractivas y que ayuden a la sociedad, generar un discurso sencillo y atractivo propio de una sociedad posmoderna, generar alianzas estrategias profundas y de largo plazo, y usar de forma eficaz los nuevos medios de comunicación digital.
Estamos a menos de ocho meses de las elecciones, aún falta al definición de candidatos, los escenarios son muy cambiantes y los aspirantes a cargos públicos deberán adaptarse a las condiciones que presenta esta sociedad posmoderna y esta generación dificil de comprender.
Juan Antonio López Baljarg
@Juanlbaljarg
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