“El incremento de fracasos en noviazgos y matrimonios se debe a la
poca tolerancia, menor sacrificio y más narcisismo de los involucrados” Jesús
Amaya Guerra.
Si el enamoramiento es una etapa igualmente bella que peligrosa…
¿cómo podremos saber cuándo hemos pasado a una etapa de amor más maduro?
¿cuándo será el momento idóneo de tomar decisiones importantes con mi pareja?
Muchas parejas terminan su noviazgo (e incluso su matrimonio)
cuando termina el enamoramiento… creyendo erróneamente que el amor a terminado,
sin saber que solamente han pasado a una nueva etapa, llena de sus retos pero
también de sus alegrías, que es el amor verdadero.
Una diferencia importante se encuentra en que en el enamoramiento,
la clave de la cohesión de pareja se encuentra en las reacciones bioquímicas
que mueven a los enamorados a darse el uno al otro, no existe un mérito
personal. Por el contrario, el amor verdadero se fundamenta en el ejercicio de
la voluntad de la pareja que requiere: conocimiento, aceptación y compromiso.
Es la voluntad la que mueve a la persona a darse al otro(a), en
donde se necesita un conocimiento profundo de la pareja, ya que nadie ama lo
que no conoce. Y para llegar ha este conocimiento, se requiere tiempo de
calidad y convivencia profunda. Requiere conocer gustos, intereses,
expectativas de vida, personalidad, cualidades y defectos. Aprender a conversar
es una herramienta necesaria.
¿Qué pasa cuando ya conozco a mi pareja? Existen personas que
desertan porque su pareja “no ha cumplido con sus expectativas”, sin embargo el
amor verdadero no se fundamenta en la satisfacción personal sino en la donación
a la otra persona por y a pesar de quién es, esto es la aceptación. Aprender a
discutir (no a pelear) también es fundamental.
Mencionar la incompatibilidad como causa del fracaso de una
relación no es adecuado, lo que pasa es que no sabemos amar… llegamos al
conocimiento pero no a la aceptación. No estoy diciendo que todas las parejas
estén destinadas indiscutiblemente a terminar juntos, lo que digo es que si se
espera a encontrar a la persona idónea que cumpla mis expectativas, jamás la
encontraremos, la clave está en la donación sincera a mi pareja.
Después del conocimiento y la aceptación, invariablemente debería
venir el compromiso. Es el momento en el que conoces a tu pareja, la aceptas
tal cuál es y por consecuencia te comprometes con ella de forma total, única y
para siempre.
Claro está en que muchas personas huyen a este último paso, el
problema es de enfoque. El compromiso es
el resultado final del amor verdadero y no al revés. El compromiso no es una
obligación sino una entrega armónica de quienes han sabido construir (no
encontrar) el amor verdadero.
El amor para toda la vida no es un término obsoleto, es una meta
que al mundo moderno le ha costado alcanzar. No son cuentos de hadas, es una realidad a la
que todos podemos aspirar.
Juan Antonio López Baljarg
@juanlbaljarg
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