“La
democracia es el peor de todos los sistemas políticos, con excepción de todos
los sistemas políticos restantes.” Winston Churchill
Por segunda vez ocupo esta frase de sir Winston, y es que es muy
ilustrativa para el agotamiento que presenta este sistema de gobierno en muchos
lugares, como Venezuela.
La “democracia” venezolana pasa una de las mayores (o la peor)
crisis de su historia. El pasado jueves la Asamblea Nacional de Venezuela fue
disuelta, siendo el Tribunal Supremo de Venezuela (controlado por Nicolás
Maduro) quien asume sus competencias. Está de más decir que la Asamblea
representaba la única oposición real al gobierno chavista de Maduro.
Ya hace casi 18 años de la toma de posesión de Hugo Chávez como
presidente de Venezuela, hoy República Bolivariana de Venezuela. Desde
entonces, el sistema de gobierno de este país se fue reformando. Algunos de los
hitos más importantes de esta reforma son los siguientes:
1. La promoción de una asamblea
constituyente que dio como resultado una nueva constitución en 1999 que
capitaliza la transición al socialismo en Venezuela.
2. El golpe de estado contra el gobierno de Chávez en 2002 del cuál regresa de
forma mesiánica con la suficiente fuerza para hacer purgar de opositores el
sistema de gobierno de su país.
3. La intensificación del
socialismo provocado, en primer lugar, por el retiro de la oposición en las
elecciones de 2005, capitalizado por el gobierno nacional a través de
estrategias como el culto de la personalidad de Chávez, la presión del sistema
judicial, una enmienda constitucional que permite la reelección ilimitada,
entre otras acciones.
4. Petición de un referéndum
revocatorio contra Maduro con cerca de dos millones de firmas, la cuál fue
ignorada por el Consejo Nacional Electoral.
Las críticas internacionales no se han hecho esperar, dentro de
las cuáles se encuentran gobiernos latinoamericanos, como el de Argentina, y la
Organización de Estados Americanos. Se habla de una “oficialización de la
dictadura venezolana” o de un “auto-golpe de Estado”…
Hoy, Venezuela es un circo de la democracia. Un sistema de
gobierno que le ha dado cierta estabilidad a gran parte de los países de
Occidente, queda evidenciado por un gobierno que ha legitimado la dictadura con
herramientas democráticas.
El socialismo latinoamericano que pareciera en peligro de
extinción, se aferra a permanecer en Venezuela y con peligrosas creces en
México.
Pareciera que nuestro país va en contra de las tendencias
políticas de Latinoamérica. Mientras que en países como Venezuela, Bolivia y
Brasil, la izquierda se fortalecía, en el nuestro, un gobierno de derecha
lograba la transición democrática.
Lamentablemente, vemos que un hombre como Andrés López Obrador
tiene una fuerza política que ha sabido mantener y hacer crecer después de casi
18 años. Un hombre como AMLO, hoy, tendría altas posibilidades de tomar la
silla presidencial en 2018.
Un líder mesiánico, con el objetivo de derrocar al “gobierno
opresor/mafia del poder”, que se declara amigo del pueblo y con un discurso
populista… no es la primera vez que se ve en nuestro continente. Y ya lo dijo
algún amigo venezolano: “en nuestro país, todo empezó con un gasolinazo…”
Nuestro sistema de gobierno no ha sabido responder a las
necesidades de la sociedad. Seguiré insistiendo en que la sociedad civil
organizada es una vía importante para incidir de forma positiva en la esfera
pública… por lo pronto, la advertencia está hecha.
Juan
Antonio López Baljarg
@Juanlbaljarg
Comentarios
Publicar un comentario