Hace algunos años, en alguna clase de
humanidades de la universidad, un compañero de clase y un profesor tuvieron una
interesante discusión, el primero defendía la existencia del bien colectivo y
el segundo argumentaba en favor del bien común.
La clase se volvió una discusión
bidireccional en donde los más interesados eran mi compañero y el profesor. El
resto de mis compañeros los miraban con indiferencia y algunos con enfado
esperando a que terminara la clase.
Uno de los problemas era que la materia
era de “tronco común”, es decir, todas las carreras debían tomar esa asignatura.
Esto se debía a que la universidad, de inspiración católica, así lo había
definido con el objetivo de que todos sus alumnos se instruyeran en temas de
filosofía y humanidades sin importar su carrera.
Acabó la clase y de forma inmediata todos
mis compañeros tomaron sus cosas y salieron de prisa del salón esperando hacer
algo mejor que escuchar la conversación de un tema que parecía de ninguna
importancia para la mayoría.
Y a decir verdad, qué importancia tendría
una discusión entre la diferencia entre “bien común” y “bien colectivo” si
incluso hasta podrían parecer similares los conceptos.
Retomando algunas ideas de la
conversación podría resumir lo siguiente:
- El bien colectivo se refiere a que lo mejor para todos es sumar lo que a cada uno le parece bueno dando como resultado una “gran suma” en donde “todo” se encuentra perfectamente representado. De esta forma todas las personas quedan satisfechas y ninguna se encuentra en desacuerdo.
- El bien común son las condiciones generales que so buenas para todas las personas. En este caso no hay suma, al contrario, hay una resta de todo lo que le hace mal a todas las personas (estén de acuerdo o no), buscando el bien de todos.
- El bien colectivo se refiere a que lo mejor para todos es sumar lo que a cada uno le parece bueno dando como resultado una “gran suma” en donde “todo” se encuentra perfectamente representado. De esta forma todas las personas quedan satisfechas y ninguna se encuentra en desacuerdo.
- El bien común son las condiciones generales que so buenas para todas las personas. En este caso no hay suma, al contrario, hay una resta de todo lo que le hace mal a todas las personas (estén de acuerdo o no), buscando el bien de todos.
Si empezáramos por lo bueno, podríamos
decir que ambos conceptos concuerdan en que buscan lo mejor para todos, la
diferencia se encuentra cómo lo plantea cada uno:
- El
bien colectivo busca incluir la opinión de todos, el bien común no.
- El
bien común resta lo que le hace daño a todos, el bien colectivo no.
- El
bien colectivo es una “gran suma”, el bien común son condiciones generales,
algo así como “condiciones mínimas”.
Estos podrían ser unos primeros puntos a
diferenciar entre los dos conceptos. Ahora ¿por cuál nos iremos? ¿por la “gran
suma” o por las “condiciones mínimas”?
Pongamos un ejemplo. Debemos elegir el
menú de alimentos que se ofrecerán durante un ciclo escolar en los colegios de
la Ciudad de México. ¿Qué haríamos?
- Si
elegimos la “gran suma”, deberíamos preguntarle a cada uno de los niños lo que en
su opinión sería mejor ofrecer para el almuerzo de todas las mañanas. Después
de esta labor haríamos una “gran lista” con todos los alimentos sugeridos por
todos los niños.
- Si
elegimos las “condiciones mínimas” deberíamos descartar todo lo que podría
hacerle daño a todos los niños, dejando únicamente un “menú básico” que asegure
lo mejor para todos los niños.
Ambos tienen sus fortalezas y sus
debilidades. La “gran lista” tendría a los niños impresionantemente contentos
pero quizá después de un tiempo aparecerán varios problemas de indigestión y de
nutrición en la infancia de nuestra ciudad. Por otro lado, el “menú básico”
generaría gran descontento en varios niños, incluso se sentirían frustrados por
no ser tomados en cuenta y por haberles impuesto un menú que incluso ni
siquiera querían pero a largo plazo se verían los resultados de una buena
alimentación en la infancia de la ciudad.
¿Quién decide? ¿Quién elige entre la
“gran lista” y el “menú básico”?
Las personas encargadas de tomar todos
los días esta difícil decisión son los gobernantes. Los gobernantes son los que
día a día se enfrentan, a veces sin saberlo, a elegir entre el bien colectivo y
el bien común.
Lo que los gobernantes deben considerar
es que una de las acciones de gobierno se basa en elegir lo que la mayoría
quiere o lo que es mejor para todos. Y aun más importante, los gobernantes deben
considerar que ellos tienen el poder para servir a los demás y por eso deben
hacerlo bien.
La acción de los gobernantes no debería basarse
en agradar a todos sino buscar lo mejor para todos, aunque a veces esto no sea
lo más agradable. Lamentablemente en la actualidad los gobiernos en búsqueda de
mantener el poder y la estabilidad apuestan por la “gran lista” con el fin de
tener a gusto a todos aunque en el futuro les estalle el problema en la cara.
El arte de gobierno se encuentra en
buscar lo mejor para los gobernados, en procurar el bien común. A pesar de las
antipatías que esto pueda generar, siempre será la mejor a largo plazo.
El bien colectivo es de corto plazo, el
bien común es de largo plazo; el bien colectivo es populista, el bien común es
racional; el bien colectivo es una determinación cobarde, el bien común es una
determinación valiente; el bien colectivo busca quedar bien, el bien común
busca lo mejor para todos; el bien colectivo se basa en gustos, el bien común
se basa en valores; el bien colectivo está hecho de opiniones, el bien común
está hecho de determinaciones.
Reconocer la diferencia entre bien
colectivo y bien común, es un asunto que compete más a personas que ejercer
cargos de poder (públicos o privados). Y si bien, este tema es de mayor
importancia para personas que toman decisiones, es obligación de todos
reconocer la diferencia entre ambos, no vaya a ser que después salgamos todos
indigestados.
Juan Antonio López Baljarg
@Juanlbaljarg
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