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“LA PRIMAVERA MEXICANA”

Hace unos días caminaba por las calles de Polanco y vi en un puesto de revistas la portada de Expansión en su edición de diciembre, que tenía como título principal “El año del activismo” con la fotografía de Claudio X. González, presidente de Mexicanos primero y Mexicanos contra la corrupción y la impunidad. Compré la revista.

Tenía curiosidad de saber si el artículo mencionaría al movimiento, no lo hizo. Sin embargo me deja algunas dudas y reflexiones que quiero compartir. ¿Cómo entender la complejidad de los tiempos actuales que algunos han llamado “posmodernidad”? ¿Cómo afecta esta nueva era en el diseño de políticas públicas? ¿Cuál es el papel de la sociedad civil organizada en la toma de decisiones desde una visión posmoderna?

En el contexto de la posmodernidad los fenómenos sociales, en sí mismo complicados, complejos y caóticos, lo son aún más. Las estructuras, las interconexiones y los vínculos sociales son más volátiles, más amplios y mucho más difíciles de entender.

“La primavera mexicana” fue el nombre que Mariel Ibarra y Mauricio Torres le dieron a la tendencia política suscitada en el año que culminó. La participación de la sociedad civil organizada fue un factor fundamental en los temas de la agenda pública, como transparencia, familia y medio ambiente.


En estos casos se encuentran características como: grupos de empresarios y académicos especializados en los temas, interés legítimo por un problema social respaldado por la sociedad civil organizada y un tercer sector que pasa de la indignación a la propuesta alzando la mano para coadyuvar y vigilar los procesos públicos del país. ¿Qué mejor forma de identificar atender un problema social?

La diversificación y detonación de “small world networks” es una opción muy atractiva y viable para atender los problemas sociales de una sociedad compleja  y complicada en donde hacen sinergia los diferentes sectores sociales. Pasar de activaciones esporádicas a un nuevo sistema político y social sería el siguiente paso, a lo que Ibarra y Torres comentan que “Para que se consolide un movimiento de la sociedad civil nacional permanente y sistemático va a tomar tiempo, pero la puerta ya se abrió.”

Es muy sano para nuestra sociedad que el sector empresarial, la sociedad civil y gobierno trabajen juntos para identificar problemas sociales, diseñar políticas públicas para su resolución y monitorear y evaluar sus resultados. Para que este modelo funcione necesita de la constancia y profesionalización de la sociedad civil pero también de la apertura del gobierno. Dentro de la incertidumbre de la posmodernidad podemos encontrar un área de oportunidad de sinergia entre los diferentes sectores sociales, tenemos la oportunidad de dar paso a la gobernanza.

Juan Antonio López Baljarg

@Juanlbaljarg

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