“La democracia es el peor sistema de gobierno diseñado por el
hombre. Con excepción de todos los demás.” Winston Churchill
Hace unos días, el polémico presidente de los Estados Unidos,
Donald Trump, despidió a la Fiscal General del Departamento de Justicia por
negarse a defender en los tribunales su decreto migratorio, el cuál ha sido
altamente criticado por suspender los programas de acogida y la suspensión de
visados.
A esto le podemos sumar que haya pedido la renuncia de cuatro
altos funcionarios de la Casa Blanca, que si bien es cierto, vienen del
gobierno de Barack Obama, eran claves para la transición de gobierno. Y bueno,
junto a la reciente firma del decreto que instruye la construcción del muro
fronterizo, vemos la radicalidad del nuevo mandatario norteamericano. Estas,
como otras de las primeras decisiones del nuevo presidente de E.U. han generado
indignación entre muchos sectores de la población americana e internacional.
Este sentimiento de malestar ya se ha visto reflejado en acciones
concretas. Se han realizado protestas en Nueva York, Los Ángeles, Boston,
Houston, Chicago, entre otras ciudades. Empresas como Google, Apple y Netflix
han criticado duramente al gobierno, argumentado que mucha de su fuerza laboral
proviene del talento extranjero. Por su fuera poco, el líder de la mayoría del
senado que es republicano (del mismo partido que Trump), ha criticado
públicamente el decreto.
Algunos medios han dicho que la política de gobierno de Donald
Trump lastima y amenaza a la democracia, pero… fue la misma democracia la que
lo llevó al poder.
¿Cuál es el problema? ¿Por qué el sistema democrático lleva a
hombres como Trump al poder? ¿Qué no esos problemas ya eran cosa del pasado?
¿No es por eso que durante décadas se ha promovido a la democracia para evitar
que hombres como Hitler o Stalin lleguen al poder?
Definitivamente algo anda mal. Creo que el problema es no haber
comprendido las limitaciones de la democracia que es un sistema imperfecto,
pero hasta ahora, el menos imperfecto de los sistemas políticos conocidos. Los
consensos no siempre nos llevan a la verdad, ni a lo mejor, ni a lo óptimo.
Hoy, la democracia vive una crisis. Una de las razones es que las
instituciones democráticas no están respondiendo las necesidades reales de la
población, un claro ejemplo está en el “No” a los tratados de paz en Colombia.
Otro ejemplo está en el bajísimo nivel de popularidad del presidente de nuestro
país.
El voto anti-sistémico se está volviendo una tendencia en todo el
mundo y es el que ha llevado a Trump a la presidencia de Estados Unidos, no
porque fuera la mejor opción sino como respuesta del agotamiento del sistema
democrático que hace una apologética del consenso como método irrefutable, lo
cuál es una gran mentira.
Hoy, debemos pasar de un enamoramiento irracional a la democracia
que deviene en un voto anti-sistémico, a una participación real y profunda en
la esfera pública por parte de todos los sectores de la sociedad. Con el
sistema anticorrupción y el movimiento pro-familia, nuestro país ya dio luces
de esta nueva tendencia: la gobernanza.
Juan Antonio López Baljarg
@Juanlbaljarg
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