Ir al contenido principal

Y DESPUÉS DE LA MARCHA… ¿QUÉ SIGUE?

¡Más de 400 mil personas! ¡Más de 100 mil familias! ¡Más de 80 ciudades! Los 32 estados de la República… una nación que se ha unido por una misma causa: la Familia.

Esté sábado 24 de septiembre fui testigo de una fiesta ciudadana, la Marcha por la Familia. Con cita en el Auditorio Nacional y el Ángel de la Independencia como destino, cientos de miles de mexicanos se unieron por la causa más importante para cualquier sociedad, la institución de la familia.
“Sin odio y en paz” era la frase que encabezaba el escenario donde se leyó el pronunciamiento del Frente Nacional por la Familia, movimiento convocante de la marcha.  Sin odio, porque a pesar de que muchos medios buscaron intencionalmente la confrontación de la movilización con el movimiento LGBT, la marcha por la familia no se pronunció en contra de ninguna persona por ningún razón. En paz, porque las familias marcharon de forma armónica y festiva.

¿La marcha polariza? Quizá el despertar de muchas voces en todo el país a favor de la familia ha levantado sospechas, aversiones e incluso miedos. Pero eso no significa que el Frente Nacional por la Familia (FNF) promueva una agenda de odio ni que provoque división. La causa de la familia es de todos y es la oportunidad de construir puentes y buscar lo mejor para el país.

¿La marcha atenta al estado laico? No. El movimiento no promueve una visión religiosa ni moral única y está en contra de la imposición de la ideología de género por parte del gobierno de nuestro país. El FNF es un movimiento cívico y social al cual se han sumado diferentes visiones políticas, diferentes sectores sociales y diferentes confesiones religiosas, porque la causa de la familia ha generado consensos.

Y después de la marca… ¿qué sigue?

1. Tenemos ante nosotros una oportunidad única para detonar la participación ciudadana en México. Nuestro país, que se democratizó sin estar preparado y que ha sufrido una y otra vez los ensayos de gente lejana a la realidad de nuestro país y cercana a sus propios intereses, tiente ante sí, una causa que es importante para todos los mexicanos, que genera consensos y que desde su propia naturaleza promueve el desarrollo social. Sólo la familia puede lograr eso.

2. Hacer política sin politizarse. Un órgano como el FNF es de vital importancia para nuestro país, ya que es un movimiento social auténtico que nació y se fortaleció por el interés y participación de los mexicanos y no por intereses particulares. México necesita de un movimiento que represente auténticamente las necesidades de los mexicanos y que promueva el desarrollo social y de la persona.

3. Construir una cultura de familia en todos los sectores sociales. Se necesita que cada sector asuma su responsabilidad en la promoción del bien común, donde la sociedad civil, el sector empresarial y gobierno trabajen de la mano para construir una cultura de familia en el ámbito social, cultural, académico y político. La sociedad civil ya se puso de pie, ahora nos toca orquestar esta visión que le hace falta a nuestro país y que todos necesitamos.

La familia ha despertado a México. Un movimiento como el Frente Nacional por la Familia es bueno para nuestra nación, tan lastimada por problemas sociales y por la crisis de las instituciones. Podemos, juntos, promover una auténtica democracia, despertando conciencias y moviendo voluntades.

Esto es sólo el principio. El fin y vehículo que tenemos hoy para mover a México es la familia, porque la familia es la solución.


Juan Antonio López Baljarg

@Juanlbaljarg

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Familia y Políticas Públicas (Parte 2): La familia como criterio de la política pública

“... a las familias les va mejor en un entorno de políticas de apoyo, uno en el que, por ejemplo, las escuelas buscan activamente la participación de los padres; los empleadores reconocen que los trabajadores también son miembros de la familia; las agencias y organizaciones están centradas en la familia en su filosofía y operación; y las leyes apoyan los roles de los miembros de la familia como cuidadores, padres, socios y trabajadores ".  International Federation for Family Development En el artículo anterior desarrollé una propuesta de enfoque de la familia como sujeto de la política pública en el cual, la familia como cuerpo intermedio genera beneficios públicos y privados que difícilmente otra entidad pública o privada podría realizar de la misma forma.  En ese sentido, planteé dos beneficios concretos de la familia en la esfera pública y privada, la cohesión social y el capital familiar. Y por tal razón, la familia debe ser objeto de la política pública. Ahora, la pregunta se

LA FAMILIA Y LA AGENDA 2030 DE LAS NACIONES UNIDAS

En 2015, la Asamblea General de las Naciones Unidas que reúne a los líderes de las naciones del mundo adoptó la Agenda 2030 que incluye 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Cada uno de los objetivos tiene metas especificas de la esferas económica, social y ambiental, como lo son pobreza, educación, trabajo, paz, entre muchas otras. Esta agenda fue firmada y adoptada por los gobiernos de los países, quienes se han comprometido a implementar acciones para el logro de sus objetivos en 2030. Cabe mencionar que un esfuerzo de esta magnitud tiene el reto de ser una estrategia horizontal de metas comunes, sin que esto implique el control o la manipulación política e ideológica de ningún tipo, reconociendo la soberanía de la soberanía de las naciones, principio rector de la fundación de las Naciones Unidas. A cinco años de su lanzamiento y a diez de la fecha meta, me parece importante analizar y profundizar el papel de la familia en esta agenda global. Para eso, r

¿POR QUÉ UN DÍA DEL BALANCE TRABAJO-FAMILIA?

El pasado 26 de marzo de 2019 se aprobó en el Senado de la República la celebración del Día del Balance Trabajo-Familia cada 1 de junio. Pero, ¿para qué un día del balance trabajo-familia? Primero, hay que considerar que el trabajo y la familia son dos realidades distintas que se encuentran en relación constante y que hasta hoy no necesariamente ha sido la más armónica, incluso en algunos casos ese vínculo se encuentra roto.  Una visión mal entendida de “idolatría al dinero” y de la “cosificación de la persona” ha llevado a la sobre explotación de las personas y por lo tanto de sus vínculos familiares. Por otro lado, existe cada ves más una preocupación legítima de las personas por sus carreras profesionales y sus ingresos familiares que se llega a unir en un círculo vicioso con una cultura de altas jornadas y presiones laborales. Es por eso que es fundamental impulsar una cultura del balance entre el trabajo y familia, reconociendo a estas como realidades di