Sábado 10 de septiembre…
- 10 am: ¡80 mil personas en Querétaro!
- 12 pm: ¡85 mi personas en Puebla!
- 5:00 pm: ¡275 mil en Jalisco!
- ¡Cuernavaca! ¡Oaxaca! ¡Mérida! ¡Hermosillo! ¡Y 120 ciudades más!
Al final de día, se sumaron más de 1,273, 130 personas (hasta
ahora contabilizadas) que salieron a las calles en 127 ciudades del país este
sábado 10 de septiembre.
Jamás en la historia de nuestro país se han manifestado en 127
ciudades de forma simultánea por una misma causa. Sólo la familia podría
lograrlo.
Sólo la familia podría lograr un despertar sin precedentes de los
mexicanos que el sábado salieron a manifestarse a favor de lo más importante
para todas las personas, la familia.
También hay que decirlo, ha habido voces que han tratado de
desacreditar este hecho histórico y que ven con malos ojos el despertar de la
nación por un tema que nos importa a todos.
Que quede claro, no estamos en contra de nadie. Pude ser testigo
de los mensajes que se pronunciaban en decenas de marchas y en ningún momento
encontré algún mensaje de odio.
No es la Iglesia Católica la organizadora de las marchas. Han sido
diferentes movimientos, grupos, organizaciones (confesionales y no
confesionales) que se encontraron con una misión en común y que han salido a
las calles en un ejercicio de participación ciudadana completamente auténtico.
Esta expresión de ciudadanía no ha sido orquestada, ha sido la
respuesta de la sociedad que necesitaba expresar sus necesidades, sus
preocupaciones y transmitir que lo más importante para los mexicanos es la
familia.
Más de un millón salieron a las calles a mostrar una postura de
forma valiente, respetuosa y alegre. Si, tomaron las calles para demostrar que
no nos escondemos y que damos la bienvenida al debate por la familia.
Las reacciones negativas también se ha hecho presentes. Muchos
medios de comunicación y periodistas han tratado de desacreditar de forma tendenciosa
y amarillista la gran movilización por la familia.
Hay voces que se sienten atacadas por este movimiento,
reaccionando, inclusive, de forma irrespetuosa y agresiva. A estas voces
queremos decirles que no estamos en su contra y que nuestro fin no es
juzgarlos. Queremos decirles que es una oportunidad de tender puentes para el
diálogo y de lograr una reconstrucción del tejido social, en un México donde
quepan todas las opiniones.
Este sábado 10 de septiembre fue un día festivo, un día de
alegría, un día de esperanza. Esperanza en un México que si participa y que no
es apático; esperanza en un despertar ciudadano; esperanza en que desde la
familia podemos reconstruir nuestra nación tan lastimada por grandes problemas
sociales.
Hoy, hay que ver hacia delante y demostrar que si se puede. Que si
podemos construir un México mejor y que LA FAMILIA ES LA SOLUCIÓN.
Juan Antonio López Baljarg
@Juanlbaljarg
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