El pasado lunes 15 de febrero tuve la oportunidad de asistir al
Encuentro de las Familias con Jorge Mario Bergoglio, el Papa Francisco en
Tuxtla Gutiérrez. Después de cuatro horas de espera en un clima de 32°,
definitivamente ha sido una experiencia que ha valido toda la pena.
Más allá de la figura religiosa que representa Francisco y el
mensaje de fe que dio a miles de familias, se debe destacar el contenido tan profundo
y tan valioso que ha dado respecto a la familia en la actualidad.
¿Familia perfecta? Definitivamente no existe “y más cuando se mete
la suegra” nos dice Francisco con humor. Los conflictos, las discusiones, los
enojos son normales en cualquier familia, es natural, nadie es perfecto. La
diferencia no está en qué familia se pelea menos sino en la familia que sabe
salir adelante a pesar de eso.
Francisco dice con gran sabiduría: “Prefiero una familia que una y
otra vez busca volver a empezar, que una familia obsesionada por el lujo y el
confort.”
El ser humano es de las pocas especies que necesita de otras
personas para sobrevivir desde su nacimiento. La familia es ese lugar en donde
la persona aprende de seguridad, de confianza y de amor. La familia es esa
“sociedad chiquita” en donde se vive el esplendor de la gran sociedad o donde
se puede vivir la peor versión de nosotros mismos.
Francisco nos invita a reflexionar y nos dice: “Prefiero una
familia con el rostro cansado por la entrega a rostros maquillados que no han
sabido de ternura y compasión.”
Francisco también habló de las “colonias ideológicas” que se viven
en las sociedades “libres, democráticas y soberanas” que lo único que hacen es
destruir el núcleo de la familia que es la base de la sociedad, para impulsar
una ideología hedonista y basado en el aislamiento.
Durante el Encuentro, cuatro familias presentaron su testimonio.
Una de ellas fue la familia de Manuel, un niño con capacidades diferentes, de
quién Francisco rescató la frase que usó: “echarle ganas” como la actitud
frente a la adversidad. Y es justo a través del amor de familia que podemos
comenzar a “echarle ganas a la vida,
echarle ganas a tu familia, echar ganas entre tus amigos”, nos dice Francisco.
Debo decir que fue muy emotivo e inspirador la forma en que Jorge
Mario Bergoglio habló sobre la familia, pero no como un concepto abstracto sino
como una verdad que vivimos todos los días y que podemos aplicar en cualquier
momento.
Me llevo ese mensaje claro y preciso: “echarle ganas” como actitud
para dar lo mejor de nosotros, para formar familia, para servir a los demás,
para lograr la plenitud….
Y tú ¿le vas a echar ganas?
Juan
Antonio López Baljarg
@Juanlbaljarg
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