Eddie Redmayne representa a Einar Wegener, protagonista de la
película “La chica danesa” (The danish girl) que relata la controvertida
historia de Einar, un pintor danés que vivió en los años 20´s. Esta obra está basada en la obra literaria
“Man into the woman” que a su vez esta basada en un hecho real.
La historia y la película llega a ser controvertida porque relata
la historia de un transexual, el proceso que lleva su vida y los dilemas
emocionales que enfrenta esta persona. La historia relata como Einar Wegener se
convierte en Lili Elbe, en la búsqueda de redefinir su sexo, sosteniendo en una
de sus conversaciones que “Dios lo hizo mujer”.
Pero, ¿qué es la transexualidad?
De acuerdo a Felipe Hurtado Murillo, doctor en Psicología y
Especialista en Psicología Clínica, la transexualidad es “la forma más extrema
de la disforia de género, manifestando, la persona que lo padece, un
sentimiento constante y una convicción persistente de pertenecer al sexo
opuesto, hecho que le crea un permanente conflicto de identidad de género,
siendo éste el aspecto cardinal del fenómeno.”
Retomando el testimonio relatado por el filme hay que reconocer
algo muy importante, Einar es una persona que sufre. El desgaste emocional que presenta
y la incertidumbre que vive puede reflejar las necesidades psicológicas y
afectivas que tienen personas que pasan por la misma situación.
La película deja abierto este dilema, al igual que nuestra
sociedad actual. ¿Cuál será la postura de la sociedad frente a un sector social
que necesita respuestas?
Me gustaría reflexionar sobre el papel de la sociedad frente a
situaciones cómo esta. Por un lado, una sociedad que le incomoda esta situación
y trata de descartar una situación real que viven diferentes personas. Por otro
lado, una sociedad que no sólo reconoce sino que impulsa de forma impetuosa la
transexualidad.
Los extremos nunca son buenos. Descartar o ignorar este
padecimiento es negarle la ayuda a una persona que sufre. Pero motivar la
transexualidad como un movimiento social que considera que “el sexo se descubre”,
es altamente peligroso. Inclusive hay casos en países de Europa en donde se
promueve que a los niños se les deje de definir por hombre y mujer, impulsando
a que elijan su propio género.
Lamentablemente los extremos no están respondiendo a las
necesidades que viven estas personas… para poder resolver un problema primero
hay que identificarlo.
Primero, el sexo no se elige ni se descubre, porque va más allá de
una preferencia sexual… la sexualidad atraviesa todas las dimensiones de la
persona (física, psicológica y emocional). Segundo, las personas que presentan la
transexualidad no eligieron tenerla, descartar su padecimiento emocional es un
error. Tercero, invitar e impulsar un movimiento transexual no resuelve el
problema, sino lo legitimiza, que es aun más grave.
El movimiento transexual ha buscado resolver el problema a corto
plazo impulsando un deseo y descartando la naturaleza humana de la persona…
Ante situaciones como esta, la persona es lo más importante y para poder
resolver un problema como este, la verdad es el camino.
Juan
Antonio López Baljarg
@Juanlbaljarg
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