Hace unos días fue presentada la Estrategia Nacional de Prevención
del Embarazo Adolescente (ENAPEA) por la Presidencia de la República la cuál
tiene por objetivo reducir un 50% la tasa de fecundidad de las adolescentes
entre 15 a 19 años y eliminarla al 100% en niñas menores de 15 años para el
2030.
Dentro de las 120 páginas efectivas de la ENAPEA la palabra
“anticonceptivo(s)” aparece en 107 ocasiones y las siglas “ARAP”
(Anticonceptivos reversibles de acción prolongada) en 56 ocasiones. Por otro
lado, palabras como “afectividad” aparecen dos veces y “autoestima” una sola
vez.
Las cifras muestran el contraste entre métodos anticonceptivos y
conceptos que deberían estar relacionados con la sexualidad. Y es que la
sexualidad no puede reducirse a un proceso biológico efímero, es una realidad
que atraviesa a toda la persona humana, física, afectiva y racionalmente.
Respecto a los métodos anticonceptivos, son justificados en el
documento como reductores (no preventivos) del embarazo adolescente, lo cuál es
cierto. Sin embargo se debe considerar que el preservativo es un método que no
es 100% seguro y que elementos como la pastilla de emergencia, además de
tampoco ser totalmente efectivos, daña a largo plazo la fertilidad de la mujer.
Por otro lado, los ARAP son métodos que reducen (no eliminan) la
fertilidad de la mujer por un periodo determinado de tiempo, que puede ir de
los 3 a 12 meses, posteriormente termina su efecto. Algunos de estos métodos son
el DIU, dispositivo de polietileno insertado el útero de la mujer para evitar
el paso de espermatozoides; y la inyección anticonceptiva que contiene una
hormona (progestina) que impide la liberación de óvulos de la mujer.
Por otro lado la ENAPEA hace una diferenciación entre métodos de
reducción y métodos de prevención. Sobre los segundos hace referencia a la
abstinencia (que aparece dos veces y en el mismo párrafo) y menciona que
generalmente no es efectiva. La pregunta es ¿cómo se sabe que no es efectiva si
nunca se ha promovido cómo método para la reducción de embarazos adolescentes
en México?
La estrategia para reducir el embarazo adolescente tiene objetivos
muy ambiciosos. Sin dudar (aun) de los métodos sugeridos, es claro que la
estrategia promueve la sexualización de los adolescentes al ofrecer una gama de
métodos anticonceptivos sin ofrecer formación ni prevención.
¿Cómo piensa la Presidencia de la República eliminar los embarazos
en adolescentes en menores de 14 años si lo único que hace es ofrecer métodos
alejados de su madurez psicológica? Y que además reduce, no elimina el
problema.
Es posible que los ARAP reduzcan los embarazos pero promoverá la
vida sexual en los adolescentes. Al final ¿reducirá realmente la tasa de
embarazos o sólo reducirá el porcentaje de embarazos que habrá ocasionado por
el aumento de la vida sexual activa?
Muchas instituciones públicas y privadas aplauden esta iniciativa,
pero es claro que existen carencias y omisiones. Regalando condones y
pastillas, e implantando dispositivos en los úteros de las adolescentes no
resolveremos el problema.
Además nos enfocamos tanto en el embarazo y nos olvidamos de las
enfermedades de transmisión sexual. No vaya a ser que para 2030 (o antes) estemos
presentado una estrategia para reducir la tasa de contagio del VIH/SIDA porque
el problema ya lo tengamos hasta el cuello…
Juan Antonio López Baljarg
@Juanlbaljarg
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