-“Entonces, ¿Sócrates decidió cumplir la pena de muerte a pesar de que tuvo la oportunidad de huir y salvar su vida?”-. -“Así es” - le respondí. -“¡Pues que tonto!”- concluyó mi alumno. Y sí, en la actualidad parece tonta esta decisión de quién ha sido uno de los más grandes filósofos de la historia. El dilema de esta situación en el fondo es de congruencia. Sócrates estuvo dispuesto a morir siendo fiel a sus ideales, antes que a vivir siendo incongruente con su pensamiento. Cada uno de nosotros día a día nos enfrentamos a dilemas similares al de Sócrates (la gran mayoría de ellos, no tan dramáticos). Y es a lo largo del día tomamos una cantidad impresionante de decisiones, pero sólo algunas de ellas son las que ponen a prueba nuestra congruencia. El ser humano, dotado de inteligencia y voluntad, tiene la capacidad de discernir lo correcto de lo incorrecto y de actuar en consecuencia. El dilema se encuentra en que muchas veces dejamos de usar estas cualidades. Co
Juan Antonio López Baljarg | @juanlbaljarg