Lo que pasó este domingo me recuerda al círculo vicioso de una relación violenta. Primero el victimario ejerce violencia. Después se arrepiente y busca compensar su error, la víctima se auto-convence que será la última vez y lo perdona. Entran en una etapa de negación y “luna de miel”, hasta que el victimario vuelve a agredir, sólo que esta vez, con mayor intensidad... y así, se repite el círculo. Que nos quede claro, AMLO NO VA A CAMBIAR. Lo que presenciamos en la “consulta” del nuevo aeropuerto, es sólo el principio. El próximo presidente ya nos dio muestra de su irrespeto a la ley, a las instituciones y a la democracia dejando en claro que lo que vale es lo que el quiere, sin importar las formas en que lo haga para imponerlo, poniendo como escudo la frustración, el resentimiento y/o la ignorancia de muchas personas (perdón, pero es la verdad). AMLO ES UN DICTADOR QUE NO SE VA A DETENER. Es difícil aceptarlo, es más fácil negarlo, pero es la realidad y hay que verla
Juan Antonio López Baljarg | @juanlbaljarg