“Considero más valiente al que conquista sus deseos que al que conquista a sus enemigos, ya que la victoria más dura es la victoria sobre uno mismo.” Aristóteles Desde pequeños es frecuente que se nos eduque a través de premios y castigos, si hacemos algo bien somos merecedores de alguna recompensa, de lo contrario podríamos ser penalizados. Vidal Schmill le llamó a esto la “disciplina idiota” ya que esta forma de “motivación” desvincula la causa de la consecuencia. Es decir, si voy a obrar bien es porque tendré un beneficio totalmente diferente a la acción que voy a realizar. Y si no voy a obrar mal será para evitar una sanción que nada tiene que ver con lo que estoy haciendo. Esto elimina la construcción de una conciencia para pasar a un pragmatismo, es decir, actuar de acuerdo a lo que más me conviene en ese momento. El gran problema de este tipo de enseñanza es que cuando las generaciones crecen, continúan bajo este esquema de pensamiento. Si hacemos algo o no es
Juan Antonio López Baljarg | @juanlbaljarg